miércoles, 28 de septiembre de 2011

La generación espontánea

“Loado sea Alá, que de agua sucia te formó.”
  (Corán, sura XXII, aleya 5)


Ninguna idea surge de manera espontánea en la mente humana, el hombre extrae todas sus ideas de la naturaleza, o lo que es lo mismo, todo nace como signo, como realidad física cognoscible.
En un principio en la formación de las cosmogonías intervendrán dos conceptos, que entendidos lógicamente forman una contradicción, un concepto atrae a su contrario y viceversa: la estrecha relación entre términos opuestos es una realidad antrópica innegable. Los conceptos a tratar aquí primeramente son todo y nada. Una cosmogonía es asimilable a la nada si se considera bajo el signo de la generación espontánea, el hombre puede apreciar que ciertos seres surgen verdaderamente de la nada; un condicionamiento fisiológico, la limitación de su vista le hace apreciar este fenómeno incierto como una realidad física, que en realidad sólo es antrópica. Con todo es un signo equívoco que ni siquiera ha desaparecido en nuestros días, si antes empleado por la mitología ahora por la propia ciencia. De hecho en la moderna electrodinámica cuántica se habla de partículas que surgen del vacío. El todo es la conceptualización del mundo en embrión, es la inmanencia de la metamorfosis, de la transformación, porque tiene la potencia de ser en sí mismo. Como signo natural es la metamorfosis; es la palabra griega psyche con su acepción de mariposa, en este caso como una realidad física verdadera. Como símbolo, como realidad antrópica, el todo es el demiurgo, el dios como esencia de lo creado, la manifestación conceptual del cosmos devenible; aquí a psyche sería aplicable su acepción de alma.
En numerosas cosmogonías se habla del mar como origen de los seres. Es indudable que para el hombre la generación que se produce en él, desconociendo la sexualidad de los peces y del resto de criaturas marinas, es una generación misteriosa, fácilmente asimilable a la generación espontánea. Cuando el agua se empoza se percibe con rapidez como surgen en ella una infinidad de gusarapos. Nótese que esta teoría de la generación de la vida en el mar coincide con la teoría científica en vigor.
En las mitologías de América Central se pensaba que al principio sólo existía el firmamento y el suelo inundado por agua. Entre los egipcios el caos se representa como un océano primordial oscuro y helado. Para los aborígenes de Norteamérica el globo habitable se había creado del lodo que surge de las aguas primaverales. Según la mitología japonesa la tierra en sus orígenes fue una gota de agua pérdida en el espacio. Para los hindúes al comienzo de los tiempos el gran Narayana se inclinaba sobre las aguas informes. Según Anaximandro de Mileto los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol. En las cosmogonías existen confundidos los dos signos naturales: generación espontánea y metamorfosis. Para los babilonios en un principio existía la pareja primitiva, Tiamat-Apsu, las aguas inferiores y superiores, saladas y dulces, a través de entidades divinas cada vez más diferenciadas se llega a Mardruk, el demiurgo vencedor de Tiamat, que a partir del cuerpo de éste formará el mundo y luego al hombre.
El estado larvario de los seres primigenios es en ocasiones evidente. Según la cosmogonía fenicia después de aparecer la luz y la llama, aparecieron por último los relámpagos y el trueno; el estruendo de éste rompió la inmovilidad de las larvas, que desde entonces empezaron a agitarse en la tierra y en el mar. Para los dayak, en Borneo, en el comienzo de los tiempos una gran piedra cayó en el mar, los gusanos la royeron y produjeron la arena, que mezclada con el agua formó la tierra.
Dentro del signo de la transformación, ésta puede ser metamórfica, animal, o antrópica. Entonces los seres se moldean a partir de una materia preexistente, como el barro. O simplemente se transforman a partir de ella, como una semilla que germina. Según la cosmogonía zuñi en lo más profundo de las cuatro cuevas del mundo tomaron forma y crecieron las semillas de los hombres y de las criaturas. Para los caribes un ser en forma de araña, Camushini, creó a los hombres de asta de flecha y a las mujeres de mazorca de maíz. Para los maidu y los kiche de Centroamérica el hombre fue hecho a partir de la madera. En las tablas de la creación babilónica se cuenta que Mardruk formó con su propia sangre el cuerpo de un hombre. En Heliópolis se creía que el mundo había nacido de la masturbación de Atum, de cuyo semen se formó la primera pareja. Los muskayenos creían que al principio sólo eran visibles los desperdicios primitivos de las aguas. Según Anaximandro de Mileto los hombres descienden de los peces, pero la transformación no tiene que ser tan retorcida, ni mucho menos, para los uitotos, en Colombia, el hombre surge directamente del mono.
Existen semillas que encierran en su interior un mar primordial genésico, así es el huevo. Para los egipcios el huevo simboliza el germen de la generación, se dice que Ammón sacó al hombre de un huevo. Los chinos sostenían que el primer hombre se había formado en un huevo, que Tieu dejó caer del cielo y flotó sobre las aguas primordiales. Las tribus africanas dogon, bambara, malinke y bozo, dicen que en el huevo primordial concebido por el mismo Dios se desarrollaron las primeras criaturas de sexo opuesto. Estas criaturas eran peces —siluros— asimilables a los fetos humanos en las aguas de las matrices.
Los conceptos todo y nada se confunden en la mente con frecuencia. Como escribió Marco Aurelio, una vasija vacía no lo está realmente, pues está llena de aire. El pensamiento de la nada, del vacío, siempre se contamina con el del todo, con alguna sustancia o entidad que lo llena todo. Para los antiguos el caos o las aguas primigenias, para los físicos en tiempos no muy lejanos el éter. La mente humana parece aborrecer la idea de un vacío puro, lo que no es carece de interés porque no puede devenir. El hombre como la naturaleza precisa de materia para poder crear realidades. En último término la nada es para el hombre un todo con cierta homogeneidad sujeta a turbulencias, es decir, devenible. Esta realidad antrópica se podría definir como una materia preexistente carente de estructura.
En realidad la antítesis todo o nada se reduce a un mismo embrión conceptual, a un signo doble, al que hay que añadir el término de incertidumbre. Éste es el espacio intermedio entre los dos términos, positivo y negativo; representa a la vez a ambos y a ninguno, es la confusión de los conceptos. El pensamiento humano no se basa sólo en ceros y en unos, como un computador, entre uno y otro término hay siempre un espacio, la duda.
Dentro del término de incertidumbre penetra la potencia genésica, que quiebra el todo y la nada. Es la hendidura por la que se cuela el rayo, la luz, el calor, etc.; la chispa con la que el demiurgo crea las brasas del mundo, la vida. Según la cosmogonía puránica a partir de un primer estremecimiento en la inmovilidad del Ser, la naturaleza evoluciona a través de formas debidamente catalogadas.
En griego la palabra caos significa hendidura. El caos es lo indeterminado, el embrión conceptual desde el que puede surgir la antítesis todo-nada, la turbulencia primigenia que mueve las aguas enrarecidas donde surgen esporádicamente los primeros seres.  

sábado, 24 de septiembre de 2011

La verdad de Dios

            Dios es la metaestructura, tal y como ésta es definida en la Física Estructural. Es lo que está más allá de los límites estructurales, lo que carece de forma y de estructura. La metaestructura se manifiesta en  el Principio de continuidad estructural de la materia, es por decirlo de la manera más sencilla, lo que une unas estructuras con otras. La Gravedad es mensurable, expresa la lc del sistema terráqueo, y es una fuerza medible pero intangible, carece de forma y de estructura, la gravedad está próxima a la metaestructura. Pero la gravedad no es Dios, es parte de Dios, como lo es también la materia. De todos modos no es cierto que la gravedad sea del todo metaestructural, ya que está sujeta al límite estructural, y la metaestructura está más allá del límite estructural, la gravedad es la lc inherente al límite estructural de los astros. Vemos que la metaestructura es lo que cohesiona los átomos, las galaxias, y todos los sistemas y estructuras. Es el Nexus del Universo.
En física a este tipo de fuerzas que unen los diferentes cuerpos se las denomina de diferente forma, según sean microscópicas o macroscópicas, pero como dije antes la gravedad o cualquier otra fuerza condensativa no es la metaestructura, es la manifestación de la misma, la certitud de que existe algo más aparte de la materia.
Pero entonces si Dios se manifiesta a través de la estructura y la metaestructura, dónde existe?, qué es Dios? Dios es todo clara está, pero dónde reside. Dios reside en la metaestructura. Dios es la metaestructura. Pero qué implicaciones se deducen de aquí? Muchas. Dios es el azar. Las cosas acontecen siguiendo una serie de variables y pasan de una manera y no de otra, quien está detrás del azar histórico es Dios. El hombre como creación parte de la evolución de las especies, del azar del medio con el azar de las mutaciones genéticas; Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, el hombre es hijo del azar. Dios juega a los dados.
Las coincidencias demuestran que el azar no es un mero juego de divergencias. El azar es convergente y en las coincidencias contemplamos los tejemanejes de la trama divina. La teoría del caos nos dice que incluso en las turbulencias parecen existir patrones de dispersión; los fractales son la huella de Dios, estructuras encerradas en otras estructuras, metaestructura en estado puro. Los atractores son la expresión del Principio de la continuidad estructural de la materia en la teoría del caos.
Entre el estímulo y la respuesta conductista falta algo, falta el término de incertidumbre. Entre la realidad que genera unos estímulos y las respuestas de comportamiento se encuentran estructuras de pensamiento, lógicas, instintivas, etc. El término de incertidumbre no es ninguna de estas estructuras, es el enlace entre ellas, el término de incertidumbre es metaestructura, azar referido en este caso a la conducta.
En el núcleo mismo de la evolución hay caos puro. La mutación generadora de variación es un proceso estocástico (regido por el azar). Por contra la selección natural es un proceso determinístico, es decir, no regido por el azar, por términos de incertidumbre. Pero no es del todo cierto si consideramos rasgos evolutivos como el bipedismo, que es un término de incertidumbre; no sólo hay variantes positivas y negativas a priori, también hay variantes genéticas neutras, o casi neutras, dentro de la selección natural.
La moderna teoría del caos predica que puede haber orden, leyes que podemos conocer, en el interior de un sistema dinámico, y que, sin embargo, su comportamiento futuro puede ser impredecible. Cuando analizamos un sistema lo podemos hacer estructuralmente, analizando sus límites estructurales presentes, pero cuando hablamos de un análisis futuro este pasa por la metaestructura, y por los consiguientes términos de incertidumbre.
El alma es metaestructura. Somos el pensamiento de Dios, su conciencia. La conciencia es metaestructura. Nuestra noción de ser está más allá de los límites de nuestras estructuras de pensamiento. El alma es nuestra conciencia, nuestra metaestructura individual. Al morir el alma se une a Dios, a la metaestructura universal.
Cuando dos piensan la misma cosa sus pensamientos rozan la metaestructura universal. La telepatía es puro azar. Pero no el azar tal y como lo conocemos, sino el azar como voluntad de Dios, existe un ente que crea términos de incertidumbre. Los términos de incertidumbre no surgen de la nada, esto es lo que pensamos cuando hablamos de azar, sin embargo en la FE los términos de incertidumbre surgen de la metaestructura, que tiene sus designios propios, los designios de Dios.

martes, 20 de septiembre de 2011

El signo del mito

Tanto mythos como logos significan en griego clásico palabra. El mito es una representación compleja susceptible de interpretaciones conscientes fundadas en estructuras lógicas. Cristo es un mito, es el logos, interpretado a su manera por las diferentes sectas cristianas. Pero hay algo mucho más profundo en el mito, su valor como signo, independientemente de que el mito tenga un valor sacro, opera a un nivel muy básico, allí donde se encuentran los canales instintivos. Por esta razón los mitos expresan deseos y no-deseos, son contradictorios en sí mismos. Lévi-Strauss supone que el objeto del mito es proporcionar un modelo lógico para resolver una contradicción. Pongamos un ejemplo, el mito del paraíso terrenal, un deseo del hombre, pero que a causa de la manzana/el diablo (no-deseo) y de Eva se explica por qué Dios privó al hombre del jardín del Eden. Un mito es tan profundo en su signo como un sueño, deseos y no-deseos se confunden dándoseles una armadura lógica.
La diferencia entre el mito y el rito es la misma que entre la palabra y el acto, que entre lo narrado y lo representado. Todos los ritos y los mitos se manifiestan en un contexto social, sea el que fuere, cristianismo, satanismo, etc., con sus propias reglas y normativas. La religión de la Bestia carece de normas, se fundamenta en el azar, expresión de la incertidumbre, los zacarinos obedecen al azar, su comportamiento es aleatorio e imprevisible. Así es como actúa la Bestia. Sin duda ofende más el acto que la palabra.
La ciencia clásica ha erradicado por completo la presencia de Dios, pero en la física zacarina Dios tiene un papel primordial, es la metaestructura. Una liturgia sin misterios no es una liturgia, y qué es un misterio sino un término de incertidumbre.
Todo mito surge del término de incertidumbre. La Bestia no es un símbolo sino un signo, hijo del azar y la incertidumbre. Es lo bueno y lo malo, ninguno de los dos y ambos a la vez. La Bestia es el término de incertidumbre llevado a la carne. Sus genes trastocan la especie, su espíritu es la pura contradicción. La Bestia es la hija de un salto evolutivo, en sus genes porta la liberación de la especie.
En la bestia predomina la línea horizontal, que es la del animal cuadrúpedo, el bipedismo es obra de la divinización del hombre, que traspuso su realidad a la línea vertical.
Platón dice que lo único que puede hacer un hombre es hablar con semejanzas. El zacarino habla y actúa huyendo de las semejanzas, la incertidumbre es su ley, y no confundir incertidumbre con caos, que no es más que un orden deshecho, incertidumbre es la voz de los genes y del instinto. Además, ni siquiera el caos es tal, los mismos científicos sujetan a éste a una teoría y lo hacen moverse con fractales. Qué ingenuos, están describiendo a Dios, a la metaestructura, sin percatarse de ello. De hecho en la física estructural la metaestructura se define como término de incertidumbre y continuidad estructural de la materia.
El Cristo trajo al hombre la bienaventuranza eterna, sabedor de que los dioses mueren pero el mito sobrevive –el mito es una realidad más humana que divina. La Bestia trae un paroxismo de quince minutos, su palabra no es de aire, es de sangre, e inundará al mundo.
Entre los celtas el poder real se adquiría después de yacer con una diosa fea y repugnante. La Bestia se acostará con la más fea y se levantará con la más hermosa.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El mito y las vocales labiales

En el ensayo sobre las vocales labiales vimos como todas las vocales tienen un valor geométrico metafórico, este valor ha contribuido a la formación de los vocabularios y por tanto de los objetos míticos. El mito se desnuda un poco bajo la luz de las vocales labiales.

            Estudiamos en primer lugar la vocal a, que manifiesta una superficie plana.

Para los hititas agua=watar. En el nahuatl, la lengua de los aztecas, la palabra agua era atl. Para los sumerios agua=a. Para los mayas agua era también a; coincidencias de este tipo en lenguas tan dispares son muy significativas. En sánscrito agua=jalam. En guanche, lengua extinguida cuyo ascendiente es líbico-bereber, agua=aala. Agua es la superficie esencialmente plana.

Para  expresar el concepto cielo la idea geométrica más ideal es la expresada por la raíz vocálica a. Las superficies terrestres y acuáticas son transpuestas a una superficie celeste —como es abajo es arriba. En sumerio an=cielo. En sánscrito cielo=swarga. En arabe cielo=sma; mar=bahr; agua=ma. Entre los masai cielo=ngai. En inglés cielo=sky (skai). En maya cielo=caan. En guanche cielo=ataman. Los objetos míticos agua, tierra y cielo son fácimente deificables. Para los polinesios el Cielo es Rangi; el dios del mar, de la luz y de la vida es Tagaora, Tangaloa o Ra.

En el dórico y en el eólico la tierra es γα (ga); en el jónico poético es γαια  (gaia); Gaia es nombre que designa a la Tierra personificada. En el céltico magh=llanura; landa=lugar llano y desierto. En vasco landa=campo; larre=prado; lau=llano. Para los mayas tierra era cab. En quechua pampa=campo raso; chacra=campo sembrado; la palabra cancha=recinto suele emplearse en el español de América con el sentido de lugar llano o desembarazado. Con la palabra caribe sabana se designa una vegetación típica de una determinada llanura. En inglés campo=country (kÙntri). En guanche tierra=ahuar; maja=meseta; taburiente=llano; tafana=cosa plana y dura. En sánscrito tierra=mahim, vasudhā.

Analizando la raíz vocálica a de diversas divinidades podríamos discernir su origen. Para los latinos Maya era la diosa que proporcinaba fertilidad y vida a los seres, siendo la encargada de la fecundidad de la tierra; en ocasiones se la confunde con la propia Tierra. Según la mitología védica Maya es la parte femenina de Brahm. Ma era una de la divinidades que formaban el cortejo de Rea,  los lidios adoraban con este nombre a la propia Rea. Isis, la principal diosa de los egipcios, es llamada Ast. Maut en egipcio significa madre, en su condición de madre del Sol simboliza el cielo en el que el astro se renueva diariamente. Maa era una diosa del Ponto y de Capadocia que personificaba a la naturaleza fecundante. Para los antiguos finlandeses Maa era una diosa que representaba a la Madre Tierra. Maat era una divinidad egipcia hija del Sol. En Méjico Tazi era una diosa identificada con la Tierra. Para los polinesios la Tierra es Papa.

La palabra madre tiene en numerosas lenguas la raíz vocálica a; en este caso se debe de haber dado una metáfora, una traslación entre el concepto de la Madre Tierra (la tierra generadora) y la hembra que concibe. En vasco madre=ama. En la India tenemos la palabra amma. En tuareg, lengua bereber, madre=ma/matt. En latín tenemos la forma mater. En quechua mama es madre, compárese con las formas romances mama o mamá en español, mamãe en portugués, maman en francés y mamma en italiano.

En el latín la a es la terminación del nominativo singular de la primera declinación, que comprende a substantivos del género femenino; sucede algo parecido con la primera declinación del griego clásico. En varias lenguas romances la terminación a expresa el género femenino. A la segunda declinación del ruso pertenecen los substantivo femeninos acabados en a y en ja. En el árabe la terminación femenina es at. De lo antedicho se deduce que este sufijo procedería de la raíz vocálica que es aplicada a la Madre Tierra.

¿Sería la interjección exclamativa ¡ah!, habitual en las lenguas indoeuropeas, una antigua invocación a la Madre Tierra?

En las mitologías  indoeuropeas encontramos que la raíz vocálica a, formando la sílaba ra, en ocasiones indica divinidades celestes: Urano (ούρανός) en Grecia, que significa específicamente cielo o firmamento; en la India Indra es el rey del cielo, y también tenemos a los dioses Rama, Brahma, Rudra, Hara y Nataraja (sobrenombres de Shiva), Narayan (sobrenombre de Vishnu); entre los persas encontramos a Mithra, a Sraocha y a Rachnú, y la palabra que designaba genéricamente a dios era Ahura. Además en Egipto Ra era la figura principal de su panteón.

                                                                                         *

Estudiamos ahora la vocal o, que manifiesta un círculo.

En holandés sol=Zon. En ruso sol=solnce. La raíz vocálica o al representar el disco solar a menudo se emplea para designar dioses con atribuciones solares. Jopri era una divinidad del sol en la mitología egipcia. Moloc era un dios de los amonitas, se lo identifica con el sol. Para los aztecas el sol era Tonatiuh; Xolotl era una divinidad identificada con el sol naciente. Para los chibchas el sol era Bochica. Para los antiguos egipcios el sol se denominaba On; con esta palabra se referían también a la ciudad que los griegos llamaron Heliópolis (la ciudad del sol). Para los fenicios Chon era una advocación de la divinidad solar Baal. En la mitología egipcia Chons es el hijo de Ammón. En Palmira (Siria) el dios de origen semita Baal (señor) era llamado Bol. Para los cananeos y los fenicios Mot era el dios del sol meridiano. Para los escandinavos el sol era el ojo de Odín (dios que entre los germanos del Sur era llamado Wotan); por otra parte el hijo de éste se llamaba Thor (Donar para los germanos sureños). Entre los eslavos Khors era el nombre de la divinidad solar.

En todas las mitologías el atributo principal de la divinidad es la luz que irradia, así pues la raíz vocálica o con el valor de sol puede emplearse metonímicamente para hacer referencia a dios. Nuestra palabra dios es de origen indoeuropeo y significa luminoso. En griego Διός (Dios) es el genitivo irregular de Zeus; asimismo en latín Iovis es el genitivo irregular de Iuppiter. Pudiera ser que la evolución de ambos genitivos se fundase en que lo más propio del dios padre son sus atributos solares.

En griego φως (fôs) significa luz, especialmente la del sol, y φωστήρ (fōster) significa astro luminoso. Asimismo φοιβος (Foibos), el luminoso, es un epíteto del dios Apolo, que se considera una divinidad solar. Una palabra semejante, Phobos, se aplicaba a un doble de Ares. En el sánscrito, una lengua indoeuropea, el signo On (onskara) simboliza a Brahma, el principio creador. En caló, lengua que procede de la India, dios=debel, pero además existe la forma ondebel, que podría ser descompuesta en dos elementos: on-debel; también en caló dios=ostebé. En ruso dios=bog. En alemán dios=Gott.

La o es una terminación masculina para el dativo y el ablativo singulares de la segunda declinación latina. En varias lenguas romances es el sufijo masculino. En el griego clásico la o es el artículo demostrativo masculino; además el sufijo os es propio de adjetivos y substantivos de ese género. En este caso el sufijo procedería de la raíz vocálica que es aplicada al sol, la entidad masculina que fertiliza la tierra.

En cuanto a la interjeción ¡oh!, ¿no podría ésta indicar una antiquísima invocación al sol?

                                                                   *                                                                                        

            La vocal labial e indica recinto, la morada de alguien, es el rectángulo, lo que contiene otra cosa. Su valor original metafórico bien podría ser el de casa.

En el antiguo egipcio habitación=het; casa=per; en la escritura jeroglífica egipcia la casa se representaba con un simple rectángulo que tenía un corte que simbolizaba una puerta. En hebreo bet, zebul=casa. En el turco, lengua del grupo lingüístico altaico, casa=ev. En vasco casa=etxe; habitación=gela; ventana=leiho; recinto=hersgume; tejado=teilatu. En caló casa=que, quer; habitación=quel. En sumerio e, exe=casa, templo.

                                                                                         *


La raíces vocálicas también pueden combinarse y dar lugar a nuevas metáforas. Ea es una divinidad marina de los sumerios, su nombre es una combinación de dos palabras: e=casa y a=agua. En latín diosa se dice dea y tierra es Terra, en griego diosa es thea, además en el panteón helénico las siguientes diosas repiten una misma construcción vocálica (e-a): Hera; Hécate,  una divinidad infernal; las titanes Teia (la madre de Helios) y Rea (se dice que esta diosa representaba a la Tierra generadora); Hestia o Vesta, que además de ser una diosa del fuego también se la ha identificado con la Tierra. Entre los griegos la palabra εα (ea) es una interjección de asombro. El nombre original de Grecia es Helas; existe también una divinidad del infierno escandinavo que se llama Hela. Entre los celtas Ertham era una diosa de la Tierra. Elat a su vez era una diosa cananeofenicia. Para los caldeos dios era Elah. Estas coincidencias pudieran indicar que en un principio una sola diosa que representaba a la Madre Tierra se fue escindiendo progresivamente, dando una misma raíz vocálica a las demás diosas. En estos ejemplos la combinación e-a metafóricamente sería casa-tierra, que forma una metonimia al hacer referencia a la morada de la divinidad a la que se alude. 

De manera similar la combinación vocálica e-o (casa-sol) podría designar una genealogía solar. En la mitología griega Helios=Sol; Eros, quien atrajo y conformó los elementos primordiales; Ceos, hijo del Cielo y de la Tierra, padre de Leto, la madre de Apolo, que nació en una isla llamada Delos; Delfo, hijo de Apolo; Delfos era el nombre del más famoso santuario consagrado a este dios. En el griego φέγγος (feggos) significa luz, especialmente del sol; dios es Theos; la diosa que representa a la aurora es Eos, del griego εως=aurora, alba; la interjección ευοι (eyoi) es el grito que proferían las bacantes. También hallamos esta combinación vocálica en otras lenguas. En hebreo dios se dice Elohim, forma plural de Eloah. Elyón es un adjetivo hebreo que significa elevado, supremo; con él se designaba a dios. Edom era una divinidad del Próximo Oriente. Edonio o Edón era un sobrenombre del dios Baco. Para los aztecas dios=teotl. Entre los guanches zeloy=sol.

Podríamos deducir también que la combinación vocálica (a-o) equivale a cielo-sol, y que hace referencia a la divinidad que se encuentra en el círculo del cielo, en el disco solar. En la mitología caldea Ao es la luz e inteligencia del mundo. Para los dorios, habitantes de un país de la antigua Grecia, Ao era el nombre con que designaban a Adonis. La divinidad griega Apolo era un dios solar. Para los egipcios Atón era un dios directamente identificado con el disco solar. Adón personifica el curso periódico del sol en la mitología fenicia. Se dice que el Adonis griego deriva del Adón fenicio; entre los latinos Adonis también era conocido con el nombre de Adón. En Tarso (Asia Menor) se adoró un dios llamado Sandon. Mansol era una divinidad solar en la mitología caldea. Baal era un dios solar de la fecundidad en el Proximo Oriente, los fenicios y los cartagineses también lo llamaban Hamón. Ammón es el nombre que los griegos le dieron al dios egipcio Amen (oculto, misterioso), divinidad que simboliza la capacidad vivificadora del sol. En griego Βάκχος (Bacjos) es Baco, dios conocido también con el sobrenombre de Iaco. Dagón era la divinidad principal de los filisteos. Asimismo los hebreos llamaban a su dios Adonai, que es plural de Adón (señor) con la categoría de los plurales mayestáticos. Hamoys es el sobrenombre del dios escandinavo Thor. En arameo dios es Alloho. En guanche dios=abora, acoran, althos; Magio era un espíritu hijo del sol; alio era un nombre del propio sol.

Las combinaciones vocálicas pueden servir originalmente para formar cualquier tipo de metáfora. En latín la palabra de la que procede ombligo es umbilicus, que podríamos descomponer en dos partes umbi-licus, formándose una combinación con las raíces vocálicas u-i, una concavidad que de alguna manera está relacionada con algo estrecho. Tenemos en efecto que en el latín umbo=abolladura, ombligo, y que licium=hilo, hebra fuerte. La u representa un concavidad y la i una figura estrecha.

Las vocales labiales dan pie a un método de estudio semántico alternativo, mediante él podemos obtener curiosos resultados que pueden acrecentar nuestro conocimiento efectivo del lenguaje. Yo sólo he dado el primer paso.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Lipvowels

Aparte de visitas ocasionales, provenientes de diversos buscadores, el blog sólo es seguido por un par de personas, pero no me desmayo por ello, siempre me he mantenido en la brecha, y lo haré hasta que toque la trompeta del juicio final. Las gracias a mis seguidores y decirles que para cualquier cosa aquí estoy, dispuesto a intentar aclarar todas sus dudas y preguntas.
Esta noche publico lipvowels, un ensayo sobre los origenes del lenguaje, que tiene el rasgo metaestructural de acoplar diversos sistemas simbólicos, como son el lenguaje, la gesticulación y la geometría. He recogido numerosos ejemplos de diversas lenguas, sobre todo de inglés y latín. Por otra parte el ensayo está escrito en mi limitado inglés, cosa que estoy seguro no dificultará la lectura de mi par de lectores, que visto lo visto deben estar sobrados.

Lipvowels 

domingo, 11 de septiembre de 2011

Química Metaestructural

Para la correcta comprensión de este pequeño texto es necesario conocer los principios de la física estructural. En ella se describía la configuración del átomo, aquí se extiende más la visión hacia la molécula. Una molécula es la unidad mínima de una sustancia que conserva sus propiedades químicas,  puede estar formada por átomos del mismo elemento o de diferentes. Las moléculas se organizan siguiendo una conformación estructural clásica, en la que rige por supuesto el PCEM (Principio de Conservación Estructural de la Materia). Es decir, en el centro del sistema se haya la mayor me (masa estática), y conforme nos alejemos de él aumenta la mc (masa cinética). O sea, para el átomo núcleo atómico, y en el exterior los electrones. Para una molécula lo mismo, los cuerpos más pesados hacia el centro y los más ligeros progresivamente situándose hacia el exterior, donde es mayor la mc. Es una descripción muy simple pero que nos da una visualización más nítida de lo que es la molécula.
Se cumple que en un sistema cerrado los átomos comparten el mismo centro, una misma me central, es decir, punto de menor movimiento. Los átomos se asocian siguiendo una complementariedad polar, y no confundir estructura electrónica con una estructura pura emanada de la FE, dentro de la cual la estructura electrónica no es más que una manifestación bastante visible de la continuidad estructural de la materia. La complementariedad polar se expresa en todos los elementos de la estructura, vemos así que los electrones, que ocupan un lugar de dispersión en un orbital, tienden a agruparse en pares en determinados enlaces, una conformación eminentemente polar.
Según la regla del octeto un átomo diferente al hidrógeno tiende a formar enlaces hasta que se rodea de ocho electrones de valencia, captándolos, cediéndolos o compartiéndolos con los átomos vecinos. Esto se explicaría por un principio de la FE, existe siempre la menor cantidad posible de límites estructurales. Debemos ver los electrones agrupándose alrededor de una misma me, en la cual no pueden coincidir más de ocho electrones, o sea, no más de cuatro pares en complementariedad polar.
Las moléculas, átomos o iones que constituyen la materia por un lado se unen entre sí por las fuerzas intermoleculares (expresión de la ley de condensación), y por otro lado tienden a separarse por la temperatura (ley de dispersión).  La relación entre la lc y la ld nos determina el estado de agregación de las sustancias. Los tres estados de agregación tienen un paralelismo con los tipos de estructura. Gas=estructura ondulatoria, líquido=estructura atómica y sólido=estructura de concreción.
Los enlaces de átomos tienen por supuesto una configuración estructural. En los enlaces iónicos hay atracción electroestática. Los sólidos iónicos están formados por iones positivos y negativos alternos, que se atraen por tener cargas opuestas. Las cargas eléctricas es una manifestación a nivel electrónico del PCEM. En el enlace covalente dos átomos se unen compartiendo una o varias parejas de electrones; por lo tanto no pierden ni ganan electrones, sino que los comparten. En el enlace coordinado covalente el par de electrones es aportado solamente por uno de los átomos. En el enlace metálico los electrones de valencia pertenecen en común a todos lo átomos.  Los cuales se condensan en una misma estructura reticular. Los enlaces covalentes polares se producen entre átomos que son distintos, pero cuya atracción por electrones es poco diferente. Los pares de electrones compartidos por los átomos de un enlace polar se desplazan ligeramente hacia el elemento más electronegativo, expresando el PCEM en el sistema.
Se habla de conservación de las masas en una reacción química, pero se sabe que en las radiaciones se desprende masa aunque muy insignificante; es otra consecuencia del PCEM. Energía en FE es una expresión de la estructura ondulatoria. Y se confirma el PCEM también entre los tres diferentes tipos de estructura: ondulatoria, atómica y de concreción. Todas relacionadas entre sí, por ello la conservación de la energía, o la gravedad. Dos expresiones de lo mismo bajo la ld o la lc. Otro ejemplo es como la configuración ondulatoria se extiende por todos los estados. En el agua se forman ondas, en los gases también, y los sólidos pueden también vibrar oscilatoriamente.
Según la ley de Avogadro en las mismas condiciones de presión(lc) y temperatura(ld), volúmenes iguales de gases diferentes contienen igual número de moléculas. Otra consecuencia del PCEM, misma estructura en el volumen de los gases.
Acabo este corto artículo recalcando la importancia del modelo metaestructural, fundado en la Física Estructural. Estoy absolutamente convencido de que, a pesar del anonimato en el que escribo, este modelo tendrá grandes defensores en un futuro no excesivamente lejano.
VALE

sábado, 10 de septiembre de 2011

Apariencias de poder

Los animales disponen de signos naturales que manifiestan visiblemente su Voluntad de Poder. Pueden ser colores, formas o apéndices de todo tipo, plumas, pelo, etc. Está claro que estos signos son frecuentes en aves o peces, sobre todo ligados a la libido, a la potencia sexual de los sexos, especialmente al masculino. Pero nos interesa aquí y ahora las apariencias de poder de los primates, que son nuestros parientes más próximos.

Las hembras de varias especies, como los chimpancés, babuinos, talapoins y mangabeys tienen un área de piel alrededor del perineo que se hincha y se pone de color rosa brillante durante los días siguientes al fin de la menstruación. En animales cuyo olfato se ha debilitado lo visual cobra una importancia grande. Tal tumefacción genital es un enigma zoológico. Algunos han indicado que quizás se deba a que la tumefacción atrae a varios machos del grupo, dando mayor oportunidad de atraer a los de rango más alto. Lo cierto es que esto tendría sentido en grupos en los que una hembra puede copular con varios machos, pero esto no se cumple en todas las especies que presentan esta característica, y además también se da en grupos donde la hembra copula con un solo macho. La cuestión parece insoluble porque está mal planteada, las tumefacciones sexuales no son sólo un signo sexual, son un signo que manifiesta la VP, mediante este signo las hembras indican no sólo su receptividad sexual, sino que señalan su status social, su rol de mayor o menor dominancia en el grupo. Este signo de poder tiene valor no sólo para atraer a muchos machos, sino para interesar al macho único, indicando la preponderancia sobre el resto de las hembras. El que tal signo no siga unas líneas taxonómicas claras, pues lo poseen especies alejadas entre sí, y no esté siempre presente en especies próximas, se debe a que es un rasgo secundario recurrente, es decir, no es imprescindible para sobrevivir pero es muy atractivo, pues elimina incertidumbre de la vida grupal del primate. Hay otras maneras de marcar la VP, como el olor o el comportamiento, que pueden hacer innecesaria la tumefacción genital, pero en animales donde el ojo tiene tanta importancia la apariencia de poder es muy valorada, no sólo en la bestia, también en el hombre.

Las apariencias de poder son signos que forman parte de la estructura social, por eso se desarrollan a través de oposiciones y correlaciones. Los mandriles machos poseen en el rostro y en las posaderas unos colores rojo y azul muy marcados, que les sirven en la edad adulta para indicar su jerarquía social, y que se vuelven incluso más intensos cuando muestran un comportamiento agresivo, aprendimos con el estudio de los canales instintivos que la agresividad está íntimamente ligada a la VP. En los mandriles y en el hombre el llamado dimorfismo sexual no más que una apariencia de poder ligada al sexo.

Podemos estudiar la apariencia del hombre y de la mujer como un sistema de signos de poder. La corpulencia física indica que macho es más fuerte, y también que éstos poseen un signo de poder positivo con respecto a las hembras. Signo de poder masculino es el pelo, especialmente el de la barba, que también puede ser una máscara del animal humano. En la mujer lo es el monte de Venus y el pelo de las axilas. La cabellera es fácilmente identificable como un atributo femenino en diversas culturas, los hombres son mucho más tendentes a la calvicie, que está relacionada con las hormonas masculinas. Lo opuesto a la mujer es lo más masculino: falta de pelo en la cabeza. Lo opuesto al hombre es lo más femenino: pechos turgentes, falta de pelo en el cuerpo. El hombre, como el resto de las especies mamíferas, posee apariencias de poder en ocasiones ligadas con la sexualidad, y que suelen ser coherentes, pues las diferencias impuestas entre los sexos nunca son insalvables. La hembra humana no posee tumefacción genital, toda su apariencia de poder es permanente, no obstante posee un signo de poder particular e íntimo, el himen. Este indica no ya monogamia, que es un término más cultural que natural, sino más bien exclusividad, la hembra virgen tiene un poder apreciado por el hombre. Todo ser busca que su esperma sea el elegido. A veces este poder es tan fuerte que se convierte en un no-deseo, y el desvirgamiento en numerosos pueblos pasa por un ritual de delegación, lo cultural negativiza el poder de la mujer, como casi siempre lo ha hecho, la cultura es masculina, la socialización femenina.

La divina duda (El animal divino)

Existe una diferencia radical entre el Jesús individualista del “sermón de la montaña” y el Jesús de la pasión, aquel que es emblema de la humanidad entera, y sobre el cual se asienta la religión cristiana. En el sermón de la montaña, que leemos en el evangelio de San Mateo, existe el hombre solo ante Dios, al cual brinda su oración sin más necesidad que la privacidad de su alma, aunque también se hable de la oración en común. Lo paradojal de Cristo creo que surge de la interpretación que de él hacen los evangelistas; Cristo es ante todo un hombre ante Dios y su destino, mientras que los evangelistas nos lo presentan como un hombre, hijo de Dios, en su devenir ante todos los hombres. El mesianismo en Cristo, como todo en él, es otorgado por añadidura, como se desprende del sermón de la montaña, eje de la prédica de Jesucristo.
            La hermenéutica debe basarse principalmente en el análisis de las paradojas, existirán paradojas propias del discurso del personaje, que clarifican sus dudas y temores más profundos, o paradojas del tipo que he expuesto, que surgen de los interpretes de la palabra de Cristo —a estos les interesa hacer religión, unir lo que está disperso, mientras que a Cristo lo que le interesa es la palabra, la visión mesiánica de que Dios está ya entre los hombres, idea excesivamente conturbadora para que pueda ser transmitida así como así, sin su adecuado ritual. Los seguidores de Cristo adecuaron el logos a las exigencias sociales e históricas.
            Con la expresión Hijo del Hombre Jesús confirmaba su naturaleza humana. Fue Pedro quien primero confirmó la naturaleza divina de Cristo, precisamente la misma persona sobre la que se asentaría la Iglesia. La taumaturgia de Jesús era secreta, Jesús decía a las personas que sanaba que se cuidasen de decírselo a nadie —el verdadero Jesús buscaba el secreto, no poseía orgullo y quería pasar desapercibido, el verdadero mensaje era Dios, su teofanía, él no era más que un hijo de los hombres, a pesar de su insólito destino. Quizás el inmenso brillo del Jesús hombre, que eclipsó al resto de los profetas, fue que nunca buscó fama o notoriedad, la cual le fue concedida por añadidura.
            Jesucristo es un individualista. Al contrario de la religión semita no busca a priori los comportamientos adecuados para todos los hombres de una sociedad, la moral de grupo. Los israelitas decidieron adoptar un Dios único después de la huida de Egipto, manifestando así una voluntad de poder colectiva que intenta zafarse de una dominación inaguantable. Cristo busca la conversión de animal humano en animal divino. La oración, la adoración, dedicadas al Señor, deben ser secretas, solitarias —la perfección se consigue mejorándose uno mismo, sin necesidad de imponerse sobre los demás. Un acto de piedad como el dar limosna no debe ser hecho ante la vista de la congregación, como si fuera un potolache, una muestra de vanidad. La Iglesia convertirá la “Religión del hombre” en la “Religión de la congregación cristiana”. El animal divino lo es porque está más cerca de Dios, está más lejos no sólo de su propia naturaleza de bestia, sino también del resto de los hombres.
La frontera que separa a Cristo de ser un individualista a un colectivista es oscilante pero firme, en su boca parece no haber más palabras que para Dios, un hombre es un accidente, una añadidura de la creación divina, su sociedad una mera convención; el discurso social de Cristo es circunstancial, diría incluso que accidental, lo que a él le interesa es el reino de Dios, no el de los hombres.  Según Jeremías el espíritu de Dios reside en el corazón de la gente. En las filosofías orientales sucede lo contrario, Dios ocupa un segundo plano, y en un primer plano se destacan los hombres como grupo. Para Buda el individualismo es el gran mal de los hombres, en la iluminación el sacrificio personal sólo es válido en la medida en que sirve para iluminar a otros hombres. En Confucio, como buen chino, existe una exaltación de la política de hormiguero.
*
Existe en la teología clásica las denominaciones hombre síquico o carnal, que es una apreciación del animal humano, mientras que el hombre espiritual sería el que yo denomino animal divino. Confucio dice que el hombre superior ama su alma, mientras que el inferior ama sus bienes. En una leyenda de los bubis, pueblo que habita en la isla de Bioko, cuando los hombres, que vivían junto a los animales, comienzan a llevar una vida aparte de los mismos, es entonces cuando los espíritus acuden a enseñar a los hombres lo que necesitaban para su nueva vida. Entre otras cosas les enseñan cómo hacer el fuego y cómo cultivar el ñame. La dicotomía hombre-animal está visible en todas las culturas. Algunos bubis creen que fue el primer acto sexual, hecho animal, el origen de los males de la humanidad. Jesús dice: no es lo que entra por la boca lo que hace impuro, “lo material”, sino lo que sale por la boca, “la palabra”, “lo espiritual”. Para Cristo lo importante es el deseo, no los objetos en que se encarna, abstracción típica del animal divino.
Jesús proclama el amor fraterno hacia todos los hombres, lo cual no indica sólo que exista una hipertrofia del IIS (Instinto de Integración Social), de alguien que sólo es capaz de pensar en el bien común y se olvida  de su propio bienestar; la peculiaridad de Cristo es que es un animal divino hipertrofiado, su VP (Voluntad de Poder) está volcada sobre sí mismo, sobre Dios. Lo que no indica que sólo es capaz de pensar teniendo a Dios como medida, sino que indica que es capaz de pensar más allá de la medida del hombre, absorto en la metaestructura. La palabra religión viene del latín religare, volver a ligar las cosas sueltas; de donde la religión=VP colectiva, es lo que amalgama las VP individuales. Cristo es la personificación de la religión, su VP individual refleja la del resto de los hombres.
Jesucristo demuestra amor por los enemigos y por los pecadores, el diablo, el enemigo natural de Dios, es escarnecido. Este comportamiento no deja de trastornar las estructuras morales de cualquier sociedad. Cuando la VP se vuelca completamente sobre sí misma, ni siquiera expresa un temor hacia aquello que la niega desde fuera, pues afuera ya no existen signos que trastornen el caudal de deseos de la VP. No es que Cristo se considere superior a los demás, pues ni siquiera forma parte de los demás, es el hombre espiritual hipertrofiado. Su insaciable anhelo de Dios es su monoidea.
No vale decir, como hizo Nietzsche, que el cristianismo vence por ser una religión para las clases oprimidas. Siempre han existido movimientos mesiánicos de este tipo, en el fondo todo mesianismo es un germen de rebelión. El triunfo del cristianismo se debe a la calidad y originalidad de las ideas que expone. Los evangelios aportan un material retórico a través del cual el mito del Mesías trasciende su mero contenido de ideas, adquiere un formato artístico. En último término la propagación de las ideas es siempre una cuestión de estética. La simbología cristiana es muy atrayente.
En una tesitura similar Borges argumentó que los textos hebreos del antiguo testamento, si tenemos en cuenta que su calidad artística es muy superior a la del resto de la literatura hebraica, verdaderamente parecen inspirados. Es indudable que la importancia sagrada de los textos no sólo se refuerza por su contexto histórico, su calidad literaria juega un papel fundamental.
*
           El amor a Dios sobre todas las cosas conduce a Cristo a una hipertrofia de su IIS, primero el amor a Dios, luego el amor sin reservas hacia el hombre. Una doctrina sustentada en una hipertrofia del IIS demuestra tener unas cualidades extraordinarias para la conservación y propagación de la comunidad. Por supuesto que en la práctica casi nadie ofrece la otra mejilla, pero el sustrato conceptual está siempre latente, y su papel regulador en los acontecimientos sociales es inmejorable. El hombre ya no es lobo para el hombre, sino cordero, aunque el lobo que está agazapado puede saltar cuando el momento lo precisa —el odio se convierte pues en una manera de actuar contraria a la norma, sólo aceptable excepcionalmente. En la religión del amor incluso los parias encuentran su lugar, no existe ningún hombre que no sea amado por Dios. Jesús dice a sus seguidores que deben ser como niños, sed como niños que aman y son amados por su Padre, por Dios. La imagen del niño es semejante a la del cordero.
            Nótese la diferencia entre Buda y Cristo, éste propugna el amor, no rechaza el deseo, sin embargo para el budismo el hombre no es sino su deseo; aquel que no tiene ningún deseo es brahmán y entra en brahmán, en el budismo el amor y el odio son estériles.
            Para Nietzsche la conducta de Cristo, el amor a todo trance, es un comportamiento enfermizo y pueril; sólo el Anticristo, el ser que carece de IIS, puede pensar de esta manera. En él la hipertrofia es de la VPI, por eso para el Anticristo no existe Dios, sólo el individuo, más bestia que hombre por ser acción pura y escasa duda.
*
            Jesús gusta de expresarse a través de las parábolas, figuras retóricas con las que bordea las cuestiones que se le interpelan. En las palabras de Jesús abunda el mito, no da respuestas, no plantea soluciones concretas, su discurso es un continuo juego de palabras con el que se escabulle de la realidad y escamotea el firme desde donde asentar unos conceptos: la palabra de Jesús vive plenamente en la realidad del mito. No es válida porque plantee un pensamiento sólido, lo es porque plantea un discurso mitológico, que a través de la estética narrativa representada por la parábola erige una narración sobre la que sus interlocutores pueden fácilmente proyectar su VP y reconocerse en ella. De la boca de Jesús surgen pequeñas narraciones poéticas, mitos debidamente adaptados a las circunstancias. Se podría definir la parábola como una unidad del mito, una expresión muy pura del mismo. Por esta razón la palabra de Cristo ha sido más efectiva que si se hubiese expresado mediante los conceptos de un discurso filosófico o político. No por casualidad en arameo la palabra para nombrar la parábola es “mathla”=el enigma. Lo esencial de un mito es el misterio que encierra.
*
            A pesar de ser un taumaturgo Jesús desprecia los signos de poder externos, que son los propios de animal humano. Se diría que los milagros de Jesús se manifiestan a su pesar, en el sentido de que él es un espejo donde los reflejos torcidos de aquellos que buscan en él un prodigio se enderezan no por la voluntad de Jesús sino por su propia voluntad fortalecida a través de él. Jesús no se distingue por un proselitismo furibundo. Expresiones como “no lo digáis a nadie” o “que lo entienda el que puede” son muy significativas, como animal divino huye de imponerse sobre los demás. Actos de furor como la expulsión de los mercaderes del templo son paradójicos, Jesús nunca deja de se ser un hombre, de ahí la grandeza de su discurso, incluso al morir en la cruz recrimina a Dios por haberle abandonado —es un hombre hasta el último momento. La violencia de Jesús contra los mercaderes nace de una irreverencia cometida contra Dios, no contra Jesucristo. Jesús sólo podía responder agresivamente, con un acto de imposición, cuando se pusieran en juicio su límpida imagen de Dios por medio de los despojos del animal humano.
            Jesús entra en una espiral en la que va destruyendo su VP, que a predecir su muerte, su definitiva aniquilación. Lo ha ido negando todo: la familia, el poder, la mujer, hasta llega a negar su propio reconocimiento como Mesías y su propagación por los apóstoles, de hecho en un determinado momento Jesús dice a los doce que no deben comunicar a nadie que él es el Mesías. Una vez su VP ha asimilado a Dios completamente ha llegado a completarse en sí misma, ya sólo le resta morir.
            No vemos a Jesús como un individuo, sino como una generalización hipertrófica del IIS; el hijo del hombre es cualquier hombre, es todos los hombres. Cuando Jesús habla de sí como del hijo del hombre lo que hace es destruir su VP individual. Después de renegar de todo sólo lo resta renegar de la vida, en otro caso inverso de animal divino la renuncia total podría abrir las puertas a la vida, es el caso de Buda.
            Jesús definitivamente al carecer de VP individual pero al poseer un IIS tan elevado se convierte en un espejo a través del que trascienden todos los que en él se miran. No impone una doctrina, o mejor, su doctrina es su propia realidad, pues a través de él el hombre puede salvarse. Jesús dice: “El que crea en mí hará él también las obras que yo hago, y aún mayores.” La propia visión de Cristo como espejo de la VP de los demás. Jesús es el vehículo, el camino hacia Dios, no es VP, es el espejo donde la VP debe reflejarse. Como todo ídolo es expresión de la VP colectiva.
            La idea de la resurrección es hija del IS, pero en el caso de Jesús es sólo un colofón del mensaje, una efímera guinda con la que acaba de destruir su papel humano —puede revivir, puede resucitar, así lo manifiesta, mas tan pronto afirma esa posibilidad la niega: vuelve a la vida con la sola intención de desaparecer al instante. El animal divino aniquila su VPI, de que ahí que piense como conjunto, con una VPC. Por otro lado la aniquilación de la VPI de consigue anulando los deseos del animal humano, en definitiva la VP del animal divino puede ser, tal es el caso, una vía negativa, que al destruir la iniciativa sobre los objetos del deseo se convierte ella misma en objeto transcendente del deseo —el animal humano evoluciona al ser mejor que los otros, el animal divino evoluciona al ser mejor que sí mismo. Para Heráclito la misión del alma es conocer el logos universal, el logos en Cristo es la carne hecha mensaje, el mensaje en sí mismo. Para Confucio el hombre vulgar lo espera todo de los demás, el noble es exigente consigo mismo, posee firmes convicciones, mas se muestra comprensivo con las opiniones de los demás y no discute con nadie. Cristo evita la discusión con la parábola, crea el mito para trascender el logos. El noble vive en paz con los hombres, pero se halla por encima de todos ellos.
*
            El diablo es la bestia, lo animal, su fuerza e imperio, lo divino es como signo natural la negación de lo animal, los propios deseos se dirigen a un deseo único, Dios, término de incertidumbre entre el signo animal, la bestia, y el signo antrópico, el hombre, la humanidad. Existe una disyunción, verdadera esquizofrenia de conceptos, entre estos dos signos; y paralelamente también existe disyunción entre el yo y el otro, considerados animal o antrópicamente. Para evitar esta esquizofrenia conceptual en que oscila el pensamiento humano constantemente, surge Dios, que es la hendidura, el término de incertidumbre, lo que no es una cosa ni otra, el centro desde el que oscila el otro y el mismo. Cristo se expresa en parábolas, en enigmas, crea a su alrededor el término de incertidumbre, llega incluso a crear el término de incertidumbre en su propia persona; es el elegido pero viene a servir, no a ser servido, expresa que cada cual crea lo que quiera sobre su persona, es el mesías pero no practica un proselitismo riguroso; Jesús obra siempre creando incertidumbre, pues sabe instintivamente que de ella surge el concepto de Dios. Él dijo: “dejad que los muertos entierren a sus muertos.”
            Conscientemente lo llamamos Dios, inconscientemente es la duda instintiva creada entre yo, mi voluntad, y mi instinto social. Por tanto Dios es la manifestación consciente de un término de incertidumbre, lo mismo que la fe o la verdad búdica.
            La divinidad es una esquizofrenia conceptual consciente y controlable, la personalidad social y la propia identidad del individuo están desgajadas, pues el centro, Dios, domina sobre el yo y el otro. Todos los místicos han quebrado su personalidad individual y social, y viven en una perpetua duda. En versos de Santa Teresa de Jesús la paradoja es clara: “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero.” Para un místico la fe es su vida, y la raíz sicológica de la fe es la duda. La oración es la melodía de esa duda, que es necesario estar repitiendo continuamente para  mantener la conciencia interior de la divinidad, la fe es tan poquita cosa y tanto a la vez: recordamos y olvidamos a Dios continuamente. La memoria del hombre es imperfecta, nuestro tiempo discontinuo. No se puede vivir constantemente en la duda, ello acabaría aniquilándonos, creer en Dios es un sentimiento placentero, pero requiere un esfuerzo, aceptar ciertas normas y convenciones; desde que ponemos los pies en el suelo dejamos de ver a Dios y nos vemos a nosotros o a los otros, con lo animal y lo estrictamente humano. La paradoja es obvia, creemos en Dios, en el término de incertidumbre, para erradicar la incertidumbre que nos causa la vida; con una incertidumbre nacida a nivel interno combatimos la incertidumbre del medio externo. Creemos en algo que no acepta las categorías básicas, no es animal ni hombre, pero que es ambos a la vez, bestia o ángel, y que no es ni yo ni los otros, pero que forma parte de mí y de los otros. Es en definitiva el término de incertidumbre, no es ni un elemento ni el otro, siendo los dos a la vez; a través de él se armonizan la esencia del animal y del hombre, del yo y del otro. Siendo nada se puede llegar a ser todo.
            Cuando Dios se hace hombre se convierte en el Mesías, la divina duda recae sobre un individuo, que en el caso de Cristo intenta inconscientemente acrecentar mediante la extrañeza de sus actos y dichos, los cuales a su vez han sido probablemente magnimizados por sus discípulos.
            Según el budismo zen, por el procedimiento llamado “satori” se llega a la verdad por una intuición brusca, mediante una respuesta ilógica; es algo que rebasa las categorías del pensamiento consciente. Otro ejercicio es pensar en la irrealidad de todo, que todo es ilusión o sueño. De lo que se trata en cualquier caso es de pensar más profundamente, de plantear una duda instintiva, no consciente, de llegar a soñar despiertos. El ejercicio místico para llegar a la iluminación es alcanzar la naturaleza del término de incertidumbre, sentir a Dios no conscientemente sino intuitivamente, para lo cual hay que desligar el pensamiento consciente del inconsciente. En ese momento, como en el sueño, el término de incertidumbre nos guía, y nos sentimos una simple pieza del cosmos; es decir, la iluminación es dejarnos dormir despiertos hasta sentir la plenitud de nuestros instintos. A propósito del Tao leemos: “Su forma es no forma, su imagen es ninguna, su nombre es misterio, afrontándole no tiene rostro, siguiéndolo no tiene espalda.”

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL ANIMAL HUMANO

En este ensayo se plantea una teoría de la motivación considerando desde un punto nuevo y heurístico los intintos, llamados aquí canales instintivo. En conjunto es una teoría antropológica que si bien no es cabalmente metaestructural en sus fundamentos, si lo es en su aplicación.

El animal humano

martes, 6 de septiembre de 2011

Principio de simplicidad

              El Mestaestructuralismo plantea que las cosas son muy simples desde cierta perspectiva a pesar de la complejidad aparente, a esto es lo que denomino principio de simplicidad (PS). La ciencia es simple porque es estructural, por tanto bipolar, y se refiere siempre a una masa absoluta. Esta es la base física, que da en substancia la base de cualquier tipo de estructura.
             En la FE el PS se define alegando que una estructura existirá sólo con la mínima cantidad de límites estructurales necesarios —los elementos que formen límites superfluos serán extraordinarios y tenderán a desaparecer.
Como se observa en la FE el principio de incertidumbre físico es consecuencia del comportamiento magnitudinal de las masas, este principio es aproximable al término de incertidumbre, al azar, que rige la metaestructura. Lo que en física clásica viene a complicarlo todo en la FE es un elemento armónico. La estructura es simple, es bipolar, pero la metaestructura es complejísima e imprevisible, azarosa, abarcando todos los valores posibles o ninguno. Somos seres de estructura simple y metaestructura compleja —lo complejo es la relación sígnica entre las diferentes estructuras.
La metaestructura, resumible en término de incertidumbre y continuidad estructural, es hija del PS. No hay nada más simple que el azar ni nada más complejo. Habría que hablar de relativismo estructural. La propia definición del término de incertidumbre encierra azar. Un fenómeno o un ser puede ser complejo o simple, dependiendo de la perspectiva, del relativismo estructural. Desde la metaestructura, aproximación a la masa cinética y a la función sígnica, es complejo, desde la estructura, aproximación a la masa estática y a las polaridades, es simple.
La naturaleza se manifestará siempre de la manera más simple posible. Un ejemplo: En la naturaleza no existen proteínas dextrógiras, sin embargo en el laboratorio químico al sintetizar moléculas se obtienen por igual las moléculas levógiras y dextrógiras. El PS se expresa a través de la continuidad estructural de la materia, el movimiento levógiro informa en este caso de la polaridad cinética de las moléculas, sólo cuando son tratadas en el laboratorio y se las fuerza a sintetizarse se crea azar, de ahí que giren en ambos sentidos.
La aplicación epistemológica del PS ya existe, se denomina cuchilla de Occam. Pero el PS no sólo dice que la mejor teoría es la más sencilla, dice que las cosas se manifiestan siempre de la manera más sencilla posible. Algunos dirán que el metaestructuralismo es excesivamente reduccionista, pero no es cierto, el metaestructuralismo no niega la complejidad, pero la clarifica. El metaestructuralismo es la tesis más sencilla de explicar la realidad, como nos lo demuestra la FE y la antropología metaestructural.
Todas las teorías del metaestructuralismo se rigen por el PS, y son por tanto formadas por estructuras bipolares. Es el caso de los canales instintivos y de la FE. Como ya cito en un ensayo la bipolaridad es universal. El PS puede y debe ser usado como un elemento que englobe a todas las ciencias.
            La semiótica es la teoría de los signos en lógica formal. A través del PS soy capaz de distinguir lo que es un signo real de lo que no lo es, de lo que es un mero símbolo; de esta manera a continuación es posible aplicar una correcta semiótica. Es decir, desentrañar lógicamente las relaciones que existen entre los signos y las resultantes de su combinación. Hallo  pues la correcta metaestructura o estructura trascendente. La lógica difusa abarcante es la clave que va a identificar la realidad física, desenmarañándola de la antrópica.
            La vida surge de la continuidad estructural de la materia, la cual varía merced a la metaestructura. La selección natural de las especies se realiza a través del PS, que define a las mutaciones genéticas como procesos regidos por el término de incertidumbre. El azar es lo más simple o lo más complejo, es la expresión antrópica del término de incertidumbre. Los procesos evolutivos siguen un algoritmo, pero es un algoritmo regido por la lógica difusa abarcante, es decir, los signos que delimitan las propiedades de los seres son ambiguos y forman parte de la metaestructura, están más allá de la substancia y de la forma.
         La forma más simple de reproducirse es la asexualidad, se plantea pues por qué ha de surgir la sexualidad, que es un salto muy costoso, a pesar de las claras ventajas que presenta a largo plazo. La asexualidad es lo más básico, y surge por el PS, pero la evolución como todo proceso físico se basa en la lógica difusa abarcante, con los dos sexos existe el término de incertidumbre en su manera más simple. El PS rige todo proceso físico, con la sexualidad se crea azar al nivel más básico.
              Hay rasgos evolutivos neutros, como el bipedismo, que ni perjudican ni favorecen de manera inmediata la evolución, que se convierten con el tiempo en rasgos negativos o positivos. La evolución no funciona mediante una lógica causal determinista o aleatoria, sino por la lógica difusa abarcante, es una proyección de la metaestructura vital.
Ciertos elementos químicos pudieron crear por sí mismos una estructura más compleja que la de las estructuras propiamente físicas, la estructura orgánica. La vida es la manifestación de la continuidad estructural de la materia a un nivel superior al atómico, creándose sistemas con una ld y una lc dinámicas, todo lo contrario de las estructuras atómicas, cuyas leyes estructurales son estáticas, dependen casi exclusivamente de la posición. En las estructuras vivas las leyes estructurales no se manifiestan sólo localmente, sino a nivel de la entidad viva, creando azar en la superficie del ser; por así decirlo la vida es la manifestación en la superficie del ser del término de incertidumbre, es una exteriorización de la metaestructura. La conciencia del ser, de la que tanto nos jactamos, no es más que la expresión antrópica de la metaestructura. Somos un azar incrustado en  la continuidad estructural de la materia.
En las unidades biológicas parecen existir disposiciones estructurales básicas. La célula es una estructura condensativa, el ADN está constituido por una doble hélice, es decir, por una disposición dispersiva de una polaridad vertical y de otra horizontal.
La simetría que vemos en física, y consecuentemente en zoología, es una manifestación bipolar de la estructura en seres macroestructurales. La naturaleza es como un rompecabezas binario, por muy compleja que ésta sea sus mosaicos son sólo dos repetidos hasta la saciedad, y todo tipo de interacciones, incluso las más complejas, se realizan a través de procesos bipolares. Ejemplo es la electricidad, donde existen cargas positivas y negativas.
La FE nos enseña que la unidad y la infinitud son parejas. Es consecuencia de la noción de ma, que expresa la unidad en convergencia con la infinitud del universo. Toda medida sólo es válida si se considera en el continuo que es el universo, que es definido en FE por el número 1. Geométricamente tenemos que una recta es un conjunto infinito de puntos, una curva es conjunto infinito de rectas. Matemáticamente el signo no expresa infinitud, expresa el conjunto de todos los números, pero todos los números están contenidos en un solo número, están contenidos en la unidad, de ahí que el 1 sea verdaderamente el infinito, porque todos los demás números se aproximan a él. Los autores clásicos solían negar que el 1 fuera número, por lo que los números empezaban en el 2. La unidad 1, era más bien el origen del número, el origen y su fin, cabría decir. Es una consecuencia del PS, del término de incertidumbre que conforma la matemática, la cantidad que equivale a todo es 1,  pero también es nada si se negativiza, es ambos términos o ninguno, la infinitud no es más que una aproximación al término de incertidumbre, a la metaestructura, expresando la continuidad universal y estructural de la materia. Metaestructuralmente 1 y 0 forman parte del mismo término de incertidumbre, son números absolutos, el resto de los números son relativos, y sólo tienen valor magnitudinalmente, y cómo ya vimos en la FE la magnitud es una realidad antrópica.

lunes, 5 de septiembre de 2011

La bipolaridad del cosmos


La FE nos indica que el cosmos se estructura en movimiento, su mayor o menor incidencia determina la cantidad de mc y me. Por tanto el cosmos es bipolar, todas las estructuras tienen un polo +, con mayor me, y un polo -, con mayor mc. Si el cosmos es bipolar el hombre, que es una de sus partes, una estructura compleja, tenía que ser por fuerza bipolar, no sólo en la mente, sino también en el físico. Tiene el hombre un centro, un punto más estático, localizado al nivel del ombligo. Según nos alejamos de él nos encontramos con las partes más móviles en la circunferencia, que son los dedos de pies y manos. En cuanto al temperamento el bipolar es un hombre que expresa patológicamente, de manera exagerada, el natural del carácter humano; que es una movilidad grande, un gran dinamismo, como AE (alteración del ego), que se busca de múltiples maneras potenciando el yo, y que es siempre ocasional; y una inercia general, una (me) que nos induce a movernos con la mínima oposición al entorno. Los canales instintivos son esencialmente duales, la VP encierra el dinamismo, la manía que quiere hacer el mundo a la medida de uno; y el IS, que aniquila los deseos del ego, pues nos obliga a hacernos a la medida del mundo, teniendo que abandonar nuestros delirios al sentido de supervivencia, que en el depresivo es todo lo que niega el ego, la VP; llegando al punto de desear la propia muerte, de expresar negativizado al máximo el IS. La depresión es una AE de sentido negativo, se aumenta el caudal de la VP negativizando el ego —cuesta trabajo decirlo, pero lo que nos destruye puede hacernos circunstancialmente más fuertes. El bipolar positiviza para luego negativizar. Tiene un IS hipertrofiado, por eso es proclive a las fobias, y todo tipo de miedos. El hombre sano es bipolar, pero sin llegar a lo patológico, al menos no ordinariamente, pero la manía y la depresión están siempre a su alcance. La cura para el bipolar, y el equilibrio para el hombre sano, pasan por potenciar el IIS, que es un canal instintivo que introduce incertidumbre al binomio VP, IS; de esta manera el flujo de los canales instintivos  se mesura. La estructuración de la sociedad es asimismo bipolar, pudiéndose simplificar en dominador y dominado, el igual es el término de incertidumbre. Términos como derecha e izquierda en política, conservadores y progresistas, son una expresión bipolar del poder social, el centro, el moderado, es la incertidumbre.
La bipolaridad del cosmos enunciada para todo tipo de estructuras, simples y complejas, es una aplicación del Principio de Simplicidad. Basándome en el cual he escrito por  una parte la FE y por otra la AM (antropología metaestructural), o canales instintivos.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Física Estructural

El fundamento de la ciencia metaestructural es este ensayo, en él se explica cómo deben ser entendidas las cosas y el entorno, haciendo hincapié no en la formulación matemática, sino en términos de caracter filosófico. Es llevar la física al pensamiento de dos mil años atrás, pero con los conocimientos modernos, o clásicos, según se mire. Recomiendo una atenta lectura, porque merece la pena y hay mucho más a ganar que a perder.

Física Estructural